Desde 1930

Para explicaros los inicios de nuestro pequeño hotel familiar, debemos retroceder e irnos más allá de los años 30, cuando mis abuelos, Josep y Leonor, abrieron una taberna en este idílico pueblo costero que es Tamariu. José era pescador y, como en aquellos momentos no faltaba el pescado, Leonor comenzó a cocinar para la gente que bajaba de Palafrugell, sobre todo personas que se dedicaban al mundo del corcho y de su elaboración, y que tenían ganas de disfrutar de la paz que entonces encontraban en la playa de Tamariu.

También, por aquellas fechas, empezaron a llegar familias foráneas decididas a pasar unos días de reposo, y fue cuando decidieron ampliar la oferta haciendo alguna habitación. De sus hijos, Cándida, mi madre, fue la que más se sintió atraída por los fogones y con Luis, mi padre, continuaron ampliando el negocio, siguiendo los pasos de los padres.

Mientras tanto, mi hermano Luis y yo, Fina, fuimos mamando, desde pequeños, el mundo de la hostelería y con el tiempo y junto con nuestras parejas, Carmen y Salvador, continuamos en la brecha durante muchos años y juntos fuimos renovando. Cuando mi hermano y Carmen decidieron jubilarse, mi marido y yo, junto con nuestros tres hijos, tomamos las riendas y ya bajo la batuta de los jóvenes salimos adelante, dándole un punto de modernidad.

Ahora, y por circunstancias de la vida, son mis hijas, Susan y Anna, las que con muchas ganas, están al frente del negocio, y yo espero y deseo, que de los cuatro nietos que tengo, salga alguno con voluntad de luchar para que no se pierda lo que sus antepasados ​​comenzaron hace tantos años con entrega e ilusión.

Fina Trilla